jueves, 21 de enero de 2010

Co-desarrollo, Democracia y Vecindad

Dentro de pocas semanas, se celebrará la primera cumbre Euro-Marroquí, desde la consagración del estatuto avanzado de Marruecos, en el marco de la política de Vecindad Europea. Todo salvo las instituciones, es el reto de esta relación, entre dos culturas.

España que ejerce la presidencia semestral de la Unión Europea, junto al flamante Presidente del consejo europeo Herman Van Rompuy, asume un papel histórico en esta fase de transición prevista por el Tratado de Lisboa. De ella dependerá el enfoque que se dará a la relación Norte-Sur dentro de la nueva estructura y el futuro que se reservará al conjunto de la política de vecindad.

Se supone que el encuentro tratará, entre otras materias relevantes, de co-desarrollo, de cooperación y de convergencia democrática. 

En su entrevista con el diario el País, el Presidente del Gobierno español subrayó que "la cumbre UE-Marruecos debe servir para impulsar, fortalecer y mejorar todo el proceso de modernización de Marruecos". En este contexto, la primera interrogación que se impone concierne el proyecto de desarrollo en relación con la percepción del modelo de democracia.

Me había llamado la atención, hace un tiempo, una frase pronunciada por el Ex Presidente Felipe González  cuando dijo, que lo que mas temía era el fundamentalismo democrático. Con esta afirmación, el ilustre conferenciante planteaba lo que en un entorno democrático se debe de tener en cuenta, de manera  discernida y constante.

Esto nos invita a plantear las siguientes interrogaciones: ¿Nos llevaría, la practica de la democracia, a unos y otros, a un solo modelo de sociedad?  ¿O mas bien, la democracia, debería ser la vía que nos permita arrimarnos a nuestras identidades respectivas, libremente consentidas y asumidas, preservar nuestras culturas y asegurar, de esa manera, una convivencia en armonía?

Son preguntas que podrían resultar sorprendentes para algunos, alegando la evidencia de los valores democráticos. Pero la vida real invita a considerar con cautela los prejuicios y a veces la soberbia de los que dudan de una democracia del sur, y que suelen tratar de imponer una cierta concepción de la democracia.

La segunda interrogación concierne el objetivo y metodología del proceso democrático.

A mi juicio, la democracia no es ciencia, ni es religión. Tampoco se trata de una asignatura que se pueda inculcar ciegamente en cualquier contexto. De ahí, la necesidad de identificar, fomentar y arraigar en cada cultura, los principios que coinciden con los valores universalmente reconocidos como democráticos, para que el comportamiento democrático, diría el reflejo democrático, sea espontáneo y el aprendizaje, natural y permanente. 

El camino medio, el equilibrio entre ambición y posibilidades de asimilación, son conceptos fundamentales que deben acompañar cualquier asentamiento democrático. La democracia, nos es solo libertad; es ante todo la mejor manera de organizarla y paradójicamente, también la posibilidad de ponerle limites razonables, con vistas a garantizar la convivencia colectiva.

El sistema democrático corre, permanentemente, el riesgo de pecar por defecto o lo que puede ser peor, de excederse. Digo peor, porque en ese caso, conllevaría los gérmenes de la "reacción" o la semilla de su auto-destrucción.

La practica de la democracia en una sociedad dada es fundamental y su preservación en el marco de la Ley, del consenso y de la adhesión social, es vital.

A este respecto no se puede refutar que el debate que anima, actualmente, a la sociedad marroquí, es de buen augurio.

Muchos son los comentarios que tratan de valorar en un sentido u otro, la trayectoria actual del proceso democrático de Marruecos; unos razonable y objetivamente y otros a partir de actitudes de soberbia y perjuicios.

Lo cierto, es que se trata de un nuevo impulso irreversible, en el que participan todos los componentes de la sociedad marroquí, y que merece el respeto y el apoyo de los pueblos hermanos y amigos.

Para ello, Marruecos emprende, por iniciativa de la institución monárquica, una profunda reflexión sobre la reestructuración del Estado basada en una regionalización avanzada. Del mismo modo, asume el respeto a los derechos humanos como una prioridad y no escatima esfuerzos en fomentar su desarrollo, contando, ante todo, sobre sus medios propios. Su objetivo es contribuir al impulso del co-desarrollo equitativo y a la estabilidad regional.

España en calidad de Presidente actual de la Unión Europea y como Estado vecino, tiene la oportunidad de plasmar su huella en un proceso de convergencia que garantice una relación bilateral estable, responsable y duradera.  

Abdeslam Baraka
Rabat el 20 de enero 2010

viernes, 15 de enero de 2010

Mantener la movilización para el futuro


Todo indica que el 2010 empieza con buen pie a nivel económico y financiero. Las bolsas internacionales han recuperado parte de las pérdidas ocasionadas por la crisis financiera y los indicadores económicos permiten augurar una recuperación, lenta pero certera, o al menos así lo pronostican los "gurús" del sector.

Como si nada hubiese pasado, volvemos al mismo sistema, limitándonos a asistir a algunos tirones de oreja a algún que otro banquero y a alguna que otra restricción provisional, mediáticamente calculada, de los famosos bonos o jubilaciones doradas, dudosamente merecidas.


En la actualidad, la crisis financiera, iniciada por el comportamiento irresponsable de los sistemas bancario y bursátil occidentales, ha dejado paso a las dificultades políticas de los gobiernos que luchan por cerrar unos presupuestos, que carecen de recursos suficientes y que pretenden contener un malestar social latente.


En otras palabras, nos encontramos ante la inhabitual situación en que el Estado, o el poder político se ve debilitado; por haber reaccionado e intervenido en un sector de la economía dejado durante mucho tiempo a sus anchas y que amenazaba con quebrar el sistema. Ese mismo sector, hoy convaleciente pero suficientemente recuperado como para devolver "la cortesía", no parece conmoverse por las dificultades de su salvador.


No olvidemos que para salir de esta, se tuvo que recurrir a planes multimillonarios (dos mil billones de dólares) de rescate de bancos y entidades financieras e industriales, financiados por la plancha de billetes, paulatinamente asumida por el contribuyente; sin dejar de tener en cuenta, los que necesitan todavía del gran emprunt national para superar el bache.


Copenhague fue un desastre por falta de financiación, la hambruna en el mundo pasa a un tercer o cuarto plano, se añade Yemen al "eje del mal", la región del Sahel lo está de lleno y el reclutamiento de los que "quieren morir por Dios" se hace mas fácil de los que "quieren vivir por Dios", como ha dicho un conocido jurisconsulto musulmán.


Hoy en día, hay que reconocer que la crisis no fue generalizada. La sintieron las empresas que necesitaban de créditos bancarios para finalizar sus obras, la vivieron los obreros que perdieron su trabajo y otros que perdieron sus viviendas por no poder asumir, en esas condiciones, sus hipotecas; la sufrieron el sector turístico y los países que cuentan con remesas de sus emigrantes en el extranjero. Posiblemente muchos otros sectores que se me escapan tuvieron que padecer sus efectos, salvo un sector, silencioso e inmutable que participa en la preparación de la toma decisión política, el de los altos cargos y funcionarios, cuya nómina no ha cambiado. Alguna mala lengua diría que hasta se han beneficiado de la devaluación de propiedades y productos.

Por ello, el sistema no puede ser más que el mismo puesto que su estructura queda intacta, y por lo tanto no se puede esperar cambio alguno sin mantener la movilización de todos aquellos que reclamamos, en su momento, el cambio: el de la estructura económica y de la sensibilidad política.


Me dirijo a esas plumas que han cesado de escribir, a esas voces que han dejado de vociferar, a esos políticos que se habían dignado acordarse de los pobres y que de pronto se olvidan de las sílabas que conforman la palabra solidaridad. Me dirijo a todos aquellos que se aprestan a disfrutar la nueva era de prosperidad, haciendo votos para que Dios se apiade de los que tengan que afrontar la próxima crisis, para pedirles que rectifiquen. No se puede bajar la guardia cuando el peligro aun nos asecha. No se pueden dejar a su suerte las miles de víctimas del sistema y orar por ellos. No se puede dimitir de su deber de ciudadano sin debatir, sin tratar de convencer, máxime cuando la verdad salta a la vista y que la verdad está del lado del futuro de nuestro hijos.


Nuestra voz debe ser movimiento; nuestros votos, Poder. No importan fronteras ni deberán influir soberanías cuando los males que nos acechan han sabido cambiar la vestimenta del colonialismo "civilizador" y voraz por los atuendos de un ultra-liberalismo globalizado, férreo e inhumano que ya no necesita ni de mandatos internacionales ni de ejércitos, sino de reglas comerciales transfronterizas tan "equitativas" que tratan de superar a las que rigieron el enfrentamiento entre David y Goliath.


Aunque es preciso recordar que ciertas proezas no suelen ser fáciles de reeditar.

Rabat el 15 de enero 2010

Abdeslam Baraka

miércoles, 13 de enero de 2010

Mi tierra es Africa

África es mi tierra
Y me siento africano.
No tengo porque ser negro
Ni bailar al son de grandes tambores,
Para sentir en lo mas profundo de mi alma
El cálido soplo de sus vientos,
Sus perfumes y tantos suaves sabores.

África no es negra
A pesar de los pesares.
Es tierra madre con sus dignos seres y vegetales,
Que ni llora ni se estremece,
Ante quien olvida que el color blanco
Es uno de entre sus mil colores
Que surgen de las cenizas de sus volcanes

África es mi tierra
Y en ella aprendí
Que la palabra hermano
Es más que un saludo vano.
Es amor de un ser humano
Con quien, por la gracia de Dios,
Habrás de cruzar caminos llanos.

África me llama...
Su voz es tierna, su tono materno.
África me llama
Y yo le respondo,
los versos de los que dispongo,
Que ¡África es mi tierra
Y que me siento africano!

Abdeslam Baraka
Madrid 13 de enero 2010